20 años con el arte contemporáneo. Nuevas adquisiciones - Fundación La Caixa
Sobre la muestra que se exhibe estos días en el Gran Hotel se han escrito muchas cosas, y casi todas ellas divergentes. No se trata de apreciaciones diferentes sobre una misma realidad, sino de actos de percepción que se dirían ejercidos sobre realidades distintas. Esto, cuando resulta de relaciones analíticas auténticas entre el objeto artístico y unos espectadores de criterios fundamentados, es prueba de una conveniente apertura de la obra. Cuando tiene su causa en cierta habitual locuacidad, desconectada del objeto considerado, delata la poca formación del crítico, la inconsistencia de la obra o, a veces, ambas cosas. En arte contemporáneo me atrevo a señalar una eficaz prueba del nueve: si la presunta obra se asemeja sospechosamente al reclamo publicitario, no hay tal obra de arte, sino ingenio y comercio.
No es el caso de Gillian Wearing (Birmingham, 1963), cuya primera exposición retrospectiva en España vino también de la mano de La Caixa en 1997. Como ha señalado alguna vez Julián Rodríguez, en sus relatos-retratos los personajes nos cuentan una historia, tal vez porque Wearing persigue la objetividad a través de un “narrador en tercera persona”. Una historia individual y, por tanto, emocional, pero también un contexto intrahistórico y social. En el caso de la serie Álbum (2003), el contexto es el familiar, y el propósito es en este caso el autorretrato (o el autorrelato), con consecuencias tan reveladoras como desoladoras.
También indagan seriamente en torno a la identidad Roni Horn (Nueva York, 1955) y Óscar Muñoz (Popayán, 1951). El primero manipula en El gabinete de (2001-2002) el tema del retrato en treinta y seis semiinstantáneas ejecutadas sobre una máscara de payaso. Al objeto ya tergiversado por el maquillaje se superponen el desenfoque en la percepción (la demora en la apertura del diafragma) y la simultaneidad en la disposición. El resultado es una de las más densas reflexiones sobre ser y confusión, percepción y conocimiento que recuerdo en arte contemporáneo, permeada de elementos filosóficos y líricos. En el caso del colombiano y su Re/trato (2003), la duda identitaria se manifiesta a través de un hermoso apareamiento de mitos clásicos, los de Sísifo y Narciso, en que de nuevo estética y metafísica se dan la mano en fértil interrogación. Última Hora.
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