29 abril 2003

El doloroso ejercicio de la libertad (*)

Andrea Castagna. De sueño y deseo - Club Prensa Canaria (Las Palmas de Gran Canaria)

La trayectoria de Andrea Castagna (Buenos Aires, 1964) se basa en dos pilares básicos: una técnica en particular, aunque no exclusiva –la pintura sobre seda– y un simbolismo intuitivo, de talante nítidamente espiritual. Su imaginería zoológica (reptiles, aves, cabras, elefantes, camellos, la tortuga) y corporal (manos, ojos, sexos) tiende siempre a la afirmación de la armonía vital, la comunicación, la serenidad; o, por el contrario, a la denuncia de la ausencia de estos factores de estabilidad. La necesidad de un juicio o una decisión –el ejercicio de la libertad– suele estar representado por símbolos como el árbol del bien y del mal. El tono autobiográfico queda patente a través del predominio de figuras femeninas en sus cuadros. Siempre hay una perspectiva plana, basada en la superposición de elementos fantásticos por su naturaleza (ángeles) o por su actitud (reptiles que hablan). La composición suele ser sencilla; la presencia de un eje de simetría o su ausencia siempre significa algo; cuando el orden compositivo se quiebra revela graves tensiones o desequilibrios.

Dos hermosas piezas marcan la cima del arte sobre seda de esta argentina afincada en Fuerteventura: En un mar de lágrimas y En tránsito o De cómo mi barca se dio vuelta. En ambas, una figura femenina desnuda –pues así se encuentran los personajes de Andrea ante su destino– soporta la pérdida del equilibrio en pie sobre una barca negra. En la primera, de sus ojos mana una lluvia de lágrimas horizontal: de nuevo el caos. La barca pierde su estabilidad sobre un mar furioso que intenta engullirla, compuesto de sectores marcados de forma semiabstracta por líneas que se entrecruzan y que figuran las olas, un espacio claramente fragmentario e inarmónico. La combinación de colores es espléndida, generosa: fríos, pero no tétricos, en contraste con lo cálido del cuerpo femenino. No es el posible sentido autobiográfico que claramente respiran estas obras lo que les presta su calidad (aunque seguramente permitió dotarlas de eficaz patetismo), sino la presencia de un lenguaje claro, coherente y delicado.

(*) Publicado en el catálogo de Andrea Castagna, De sueño y deseo, Las Palmas de Gran Canaria: Club Prensa Canaria, 2003, p. 2.