24 octubre 2016

El desafío de un arte fronterizo

MUESTRA MAGISTRAL DE GIRBENT EN PALMA

Girbent. Pictures: la imagen sensual - Galeria Horrach Moyà, Palma. Hasta el 19 de noviembre de 2016

Cuando contemplo la obra de Pep Girbent (Sóller, 1969), recuerdo una de esas noticias pseudocientíficas que reaparecen de vez en cuando en los medios desde hace unos doce años: un estudio científico concluye que la duración del presente es de tres segundos. Al parecer, esto es lo que tarda nuestro sistema nervioso en procesar los estímulos exteriores y convertirlos en un acto de percepción antes de que seamos conscientes de que ya han ocurrido y se inserten en el flujo lógicotemporal. Con Girbent no puedo evitar la sensación de presenciar la imposible plasmación de ese presente que dura tres segundos: la captación del momento en toda su fugaz singularidad y con todos sus vínculos con el pasado y el futuro expresos inexplicablemente mediante el sabio aprovechamiento simultáneo de los recursos de la fotografía y la pintura.

El arte de Girbent es fronterizo por muchos conceptos, no sólo por el juego apropiacionista, la trama inextricable de referencias y la reflexión metapictórica en que abunda (en 2003, el artista sintetizaba su actitud con una frase de Berkeley: “El sabor de la manzana no está en la manzana misma, sino en el contacto de ésta con el paladar”). Se trata de pintura pero, en su concepción, y a través del empleo de la imagen fotográfica o del fotograma, se encuentra buena parte de lo que también caracteriza al cine: la expresión del movimiento. La imagen de Girbent capta, inmoviliza y presenta los efectos del decurso temporal sobre las figuras. Aparte su impacto plástico, la pintura aporta a la base fotográfica una alta dosis de reflexión y una tranquila narratividad propiciada por su particular ejecución: si en la fotografía la instantaneidad proviene de un disparo que la hace forzosa, en la pintura de Girbent surge como fruto de un trabajo largo, reflexivo y minucioso –y a menudo reiterado– como exige el óleo sobre lienzo de la serie Pictures.

Y ese detenerse sobre el instante permite que una imagen emborronada por el movimiento o un encuadre atípico adquieran cualidades expresivas y enfaticen sin enfatizar, en un alarde de economía de recursos. Reproducir lo instantáneo –con especial atención a la recreación de atmósferas– convierte la imagen del presente en imagen para la historia, la psicología o la sociología. Enormes virtudes técnicas de Girbent son su señoreo de la composición, su paradójica renuncia al énfasis y, en suma, una factura al alcance de pocos artistas. La actual muestra en Horrach Moyà es, por lo demás, un evento artístico completísimo que reúne varios grandes formatos, algunos bocetos y un fabuloso aparato crítico (un vídeo magnífico, las cartelas, el catálogo) que, de la mano del enigmático Manuel Espinoza, desvela con rigor (o tal vez oculta) las complejas claves estéticas de este artista. El Mundo-El Día de Baleares.

El último ágape, también llamado El rito, óleo sobre lienzo (2016), 176 x 311 cm.

17 octubre 2016

Contra los límites, la paradoja

ASOMBROSA PROPUESTA DE DANIEL VERBIS EN GALERIA MAIOR

Daniel Verbis. Doble régimen (cuerpo mineral y nudo visceral) - Galeria Maior, Palma. Hasta el 19 de noviembre de 2016

De la obra de Daniel Verbis (León, 1968) se ha dicho que su característica más radical es la ambigüedad. Esto no debe ser entendido como indefinición o, mejor dicho, como involuntaria indefinición. Verbis, que además de crear teoriza con torrencial agudeza sobre la representación plástica, ha dicho precisamente que “la pintura, que es adicta a la definición de lo indefinido, es también adicta a todo lo contrario: a la indefinición de lo definido”. La frase, tomada de forma aislada, podría parecer un mero juego de palabras, pero ese juego se enriquece a la luz de otros hallazgos muy reveladores: “Cuando el pincel se acerca tanto al lienzo que pierde su sombra aparece la pintura; entonces la pintura puede explicarse como una luz que ilumina una sombra. Como una sombra coloreada”. El leonés siembra sus escritos y sus entrevistas de paradojas preñadas de reflexión sobre las fronteras entre los géneros, las formas y los materiales. Es un artista permanentemente en pos de deshacer ese nudo, porque sabe que en la síntesis de los opuestos y en una aproximación irónica a la realidad estriba todo lo que merece la pena hallar en ella.

Así, en su segunda exposición individual en Mallorca (ya expuso en Pollensa en verano y repite temática y varias piezas), vuelve a jugar con la intersección de formas orgánicas y geométricas, con la armónica confusión de apariencias animales, vegetales y minerales, con la superposición de planos más allá de las convenciones pictóricas, con el juego de las sombras, con la continua, fértil contradicción entre la materia y su aspecto: esas resinas trabajadas de apariencia marmórea que reproducen cuerpos minuciosamente orgánicos; esas formas de resonancias biológicas crucificadas entre las dos dimensiones de planos superpuestos y corregidos por sus propias sombras; ese fantástico mural en el que el aerógrafo y el mismo gesto creador se prolongan en la obra en un alarde que es inseparablemente técnico y conceptual… Para Verbis, cuyo discurso teórico –juguetón, plagado de quiasmos, paralelismos y retruécanos– refleja con fidelidad lo que luego ejecuta con medios plásticos, la pintura permite organizar “el espacio como arquitectura”; se trata de una “pintura edificante de cualquier órgano, de cualquier organismo, de cualquier organización”, que “diseña lo visceral”, pero también “anima lo mineral”. En resumidas cuentas, en la obra de Verbis desaparece mágicamente toda solución de continuidad entre ideas, voluntad, materia, herramienta, gesto y obra: algo verdaderamente al alcance de muy pocos. “En el laberinto de los espejos”, dice, “mirar y morar son lo mismo”. El Mundo-El Día de Baleares.

Daniel Verbis, Autorretrato de la carne

10 octubre 2016

Abrir brecha

Las hermanas Bordoy cuidan su oferta con pulcritud extremada. Nos regalan el contacto con un puñado de artistas serios, expertos en el manejo de los materiales, hombres y mujeres que han cincelado altas cotas de destreza técnica a costa de horas de trabajo y un respeto infinito por la materia. Resulta evidente en el actual project room de Aba Art Lab: La brecha, arquitecturas del todo y de la nada, una muestra que nos acerca de nuevo a la obra de Mercedes Laguens (Tarazona, 1953), habitual de la casa.

Todo y nada parecen referencias inevitables cuando un artista enfrenta la materia y la no materia: el cuerpo y el vacío, la superficie y sus rendijas. Por entre los bordes de la brecha suele asomar lo desconocido, lo oscuro, lo que está al otro lado de nuestra zona de confort. A través de ella puede escaparse para siempre nuestra salud, nuestra hacienda o nuestra tranquilidad. Y, sin embargo, en las cerámicas y los textiles de Laguens vemos bordes luminosos; grietas que cabalgan armónicamente el movimiento de los planos; colores que asoman. Para Laguens, el sentido de la brecha es el opuesto: es la luz del futuro la que nos visita a través de ella con sus promesas de cambio. Y no hablamos solo de arte. El Mundo-El Día de Baleares.


03 octubre 2016

Joan Mateo, albañil y alquimista

EL CICLO CAMERA OBSCURA DE GÓMEZ DE LA CUESTA TRAE A PALMA A JOSÉ LUIS SERZO

José Luis Serzo. El iniciado -los signos de un obrero hermético- - Casal Solleric, Zona Base. Hasta el 4 de diciembre de 2016

Los proyectos de José Luis Serzo (Albacete, 1977) orbitan siempre en torno a un esquema narrativo. No significa esto que tratemos de un relato tradicional, con su planteamiento, su nudo y su desenlace, sino de una ficción compleja tan creíble o increíble como la de cualquier buena novela –u obra de teatro– experimental y, como ellas, compuesta de los más diversos materiales y técnicas.

Serzo elabora personajes, y para ello traza una completa prosopografía –en este caso la de Joan Mateo, el albañil alquimista– que hilvana retratos, bocetos, la transcripción de notas personales, los diálogos en boca de personajes fantásticos… Como en El sueño del rey (de la República) y en otras obras, el protagonista es alguien que le busca un nuevo sentido a su vida. Ni el autor ni el espectador requieren para ello que el personaje complete una acción lineal: es mucho más efectiva la sugerencia de episodios aislados pero relacionados entre sí, los elementos metanarrativos, la creación de ambientes, las referencias científicas o técnicas…

En toda narración hay también un paisaje, físico o psicológico, y el artista se ocupa de aunar ambas vertientes, aprovechando los recovecos de la Zona Cero del Solleric para la instalación de toda una cueva/taller de alquimista muy particular a pleno rendimiento. Las referencias filosóficas, insertas en un discurso de extrema naturalidad, dotan de cemento a su oferta. Es difícil sustraerse a la sensación de estar dentro de algo muy vivo cuando la visita evoluciona en medio de máquinas, enseres decorativos y trebejos semiindustriales, dibujos a lápiz, esculturas, objetos encontrados, la maqueta artesanal de la cubierta de un libro…

Es destacable el aspecto solo aparentemente inacabado de parte de la producción: bosquejos, esquemas, planos y anotaciones forman parte de ese work in progress en que consiste la obra de Serzo. La representación del propio proceso creativo, sus planteamientos, las notas técnicas y mnemotécnicas, la reflexión sobre el mismo concepto de la obra, la reflexión plástica: todo forma parte de su discurso, denotando la importancia del trabajo que yace detrás (o dentro) de toda obra: la documentación, el ensayo, la prueba, el fallo y el acierto… Al mismo tiempo, impregnan la obra de la máxima credibilidad: en El iniciado podemos reconocer al artista trabajando sobre la marcha, puliendo cada detalle de una obra que, en realidad, es un mundo cuyos límites están por descubrir y que nos envuelve sin remedio. El Mundo-El Día de Baleares.