18 enero 2016

Heridas del espacio y del tiempo

EL CATALÁN JORDI ALCARAZ VUELVE A PELAIRES CON UNA OBRA QUE APELA SUTIL PERO EFICAZMENTE AL ESPECTADOR

Jordi Alcaraz. Veus baixes - CCC Pelaires (Palma) - Hasta marzo de 2016

Sorprende en su discreción la obra de Jordi Alcaraz (Calella, Barcelona, 1963). Sin grandes alardes, mediando maneras sutiles y materiales modestos, permea poco a poco la sensibilidad del espectador hasta propiciar una percepción a medio camino entre lo sensorial y lo conceptual, que permite la eficaz comunicación de algo más que un estado de ánimo. Alcaraz viene del mundo del grabado y los libros, y se nota en algunas texturas, en la elección cuidadosa de la disposición, en su concepción de la obra como objeto de lectura y reflexión; en los títulos conceptistas. Parece el pintor estar alertándonos, pidiéndonos que no nos dejemos llevar por la primera impresión, que nos fijemos bien. En efecto, las obras de Alcaraz no impresionan a primera vista; no deslumbran con sus colores ni remiten a la realidad referencial de manera chocante o minuciosa. Los objetos a medio camino entre la pintura, la escultura y la literatura que crea este catalán piden un segundo vistazo, un cuestionamiento casi inconsciente de los límites de la propia percepción, un discernir entre la materia y la sombra, entre la rigidez de la forma y una disolución formal solo aparentemente casual o descuidada. La apariencia de las piezas recuerda la intensa sugerencia de la ruina, la cálida nostalgia de lo que ya solo es ajetreado residuo de lo que fue. Los sentidos, tan útiles en otros menesteres, en este caso solo nos ayudan a comprender nuestra dificultad para aprehender la realidad, para establecer límites espaciales y temporales claros entre el objeto y su contexto, entre su condición actual y sus estados previos, entre las distintas fases de su creación (que aparecen visibles en la obra), entre las etapas de su aparente deterioro… El uso de vidrios deformados garantiza una transparencia engañosa, la proyección de sombras que son dudas sobre la superficie del cartón y la resina de poliéster, la sugerencia de múltiples ventanas aleatorias que no son sino medidas trampas para el espectador. Las heridas del vidrio y del cartón y sus chorreos, por fin, se nos muestran como índice de organicidad, de vida exhausta, como si la realidad perdiera silenciosamente sus fluidos vitales –su anclaje en el tiempo– a manos de Jordi Alcaraz. El Mundo-El Día de Baleares.

Sin título (2015, cartón, metacrilato, pintura y resina de poliéster)

Puente Palma-Madrid

Lo dice Fernando Megías en el cartel que aporta a la exposición colectiva que actualmente muestra Xavier Fiol: “En la actualidad, cualquier tipo de arte con ánimo de provocación tiene más que ver con el marketing que con alterar el orden establecido. El arte contemporáneo, con su banalidad y su tendencia al espectáculo, le está haciendo el juego al arte más conservador.” El galerista palmesano debe tomárselo muy en serio: apuesta siempre por las propuestas más rompedoras, pero casi nunca por las más explícitas ni cómodas. Más que provocaciones, gestiona silencios y discretas, sofisticadas sugerencias.

Y ahora apuesta por dar un nuevo salto como emprendedor del arte. Tras las galerías que mantiene abiertas en Palma y Alaró, en menos de una semana inaugura Madrid XF Proyectos, una isla mallorquina en pleno centro de la capital de España. Seguramente es casualidad que el nuevo espacio de arte se encuentre en la madrileña calle Mallorca pero, sea como sea, el lugar es adecuado e inspirador: solo una manzana lo separa del Museo Reina Sofía. Fiol se declara “entre ilusionado y acojonado” ante esta nueva etapa, en la que pretende dar a conocer en Madrid a los artistas mallorquines de su escudería, pero también atraer y poner en contacto con el público español a otros artistas nacionales e internacionales. En resumidas cuentas, dice, “se va a tratar de un puente Palma-Madrid”, que servirá fundamentalmente para mostrar instalaciones concebidas para el propio espacio, un local modesto pero muy singular. El próximo sábado al mediodía se inaugura con una exposición de uno de sus habituales, el alemán Herbert Hamak, un artista que ha trabajado profusamente con la interpretación de los espacios expositivos.

No le va a faltar trabajo al empresario, y sí horas para rematarlo. Pero de eso sabe mucho ya Xavier Fiol, a quien desear buena suerte es deseársela al mundo del arte mallorquín. El Mundo-El Día de Baleares.