La piel de lo real. Grabados de Antoni Tàpies - Fundació La Caixa
Uno de los autores más inclasificables del arte contemporáneo mundial, uno de los más difícilmente reductibles a la lógica de las palabras y, en consonancia con ello, uno de los que han alcanzado los mayores logros como creadores es, a no dudar, Antoni Tàpies (Barcelona, 1923). Su condición apasionada y poliédrica hace las facetas de su obra tan abundantes y su temática tan abierta (igualmente en su obra gráfica) que la crítica, cauta, suele quedarse en generalidades y lugares comunes. En el montaje de la presente y valiosísima muestra en La Caixa y en su aparato crítico echamos de menos una mayor definición: pretender acorralar todos los aspectos posibles de una obra inmensa significa, a la postre, no aportar límite alguno y, por ende, que las palabras confundan o estorben. Algo que tal vez suceda siempre cuando se habla del artista barcelonés. También en esta nota.
De esas infinitas facetas que presenta la obra tapiana, me llama especialmente la atención el brillante empleo de la escritura y de otros signos (números, cruces, flechas, etc.) como elementos de la composición y como elementos del contenido. Desvinculados de su valor convencional, los signos pasan a decir por sí mismos: son significantes asociados a significados nuevos y, por tanto, signos novedosos dentro del signo que es la obra y que el espectador ha de interpretar sin prejuicios. Esta descontextuación y fertilísima subversión semántica es fruto de diversos procedimientos relacionados con la disposición y con el tratamiento, como la escritura en espejo, el aislamiento, la confusión, la reduplicación, la tachadura, la integración en estructuras diversas... La disposición minuciosa de los demás elementos, sólo aparentemente aleatoria o sólo primariamente aleatoria, contribuye a extrañar el signo y a convertirlo en otra cosa. Sólo a veces cae Tàpies en la obviedad o la banalidad, a menudo asociadas a un discurso de naturaleza política. Siempre me pareció que esta línea de actuación (una línea importante y legítima, por otro lado) desdecía del resto de la obra de Tàpies; quien, sin embargo, alcanza tal grado de introspección, de independencia con respecto a influencias y a la misma realidad inmediata y de densidad reflexiva que puede permitirse paréntesis catalanistas. Última Hora.
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