Canyellas no elude cierto aliento romántico: la Mallorca que nos muestra es una Mallorca intacta, perfecta, añorable. Exposiciones prolongadas le permiten infundir sus paisajes de una atmósfera viva por la que el tiempo (las olas, la bruma, las nubes en movimiento) se manifiesta lenta y cariñosamente. Cuando el hombre aparece en sus imágenes, se trata de un hombre diminuto, apenas más que su propia y modesta huella integrada en el paisaje. No hay conflicto. Se respira paz. A veces, se adivina una historia. La ejecución material de las piezas (revelado lambda, montaje sobre dibond, capa de plexiglás ultratransparente) consigue unos magníficos efectos de contraste. Calidad máxima. El Mundo-El Día de Baleares.
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Tomeu Canyellas, Port des Canonge at sunset #1 |
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