No es descabellado buscarle a las estormies conexión con lo artístico. Más allá de lo puramente práctico, la obra de palmito nos remite a un mundo de ritmos diferentes, en los que trabajo y dinero se invertían sólo en aquello que podía durar y que, al calor de la convivencia, llegaba a formar parte de la memoria personal y de la idiosincrasia del pueblo. El arte bien entendido tiene un componente identitario similar y unas aspiraciones de espiritualidad que nos permiten entender por qué lo artesanal se emparienta antes con lo artístico que con lo industrial. Algo de regreso a los orígenes, algo de restitución del primitivo valor mágico-social del arte, alienta en este proyecto.

La nómina final de colaboradores, lógicamente, es impresionante. Entre ellos se encuentran artistas que han grabado ya su nombre con letras de molde en la historia del arte balear y nacional, junto a varios creadores gabellins. Todos han entregado su trabajo con lealtad y entusiasmo parecidos. Algunos han profundizado en el significado tradicional de la estormia; otros han preferido confirmar su propio estilo, y entonces ha sido la pieza la que se ha integrado en los esquemas de pensamiento del artista, como materia viva en manos del creador. En el fecundo tránsito de las manos del artesano a las del artista y de las de éste a las de su destinatario, la estormia adquiere una naturaleza mixta, antigua y renovada al mismo tiempo, que atañe al sentimiento y al pensamiento por igual y que sirve –una vez más– para enriquecer la vida material y espiritual de quienes entran en contacto con ella. Última Hora. Amb l'Art.