Vicenç Ochoa. Totes les finestres del món - Can Fondo (Alcudia)
En sus dos años de recorrido, la sala Can Fondo de Alcudia ha sentado la norma o tradición de dedicar sus veranos a buenos artistas de la tierra. El elegido este año, con su espléndido despliegue de aeroplanos de colores, ha sido Vicenç Ochoa (Alcudia, 1963), un artista preocupado por transmitir contenidos predeterminados. Sin despreciar la apertura semántica a que toda obra –máxime la contemporánea– está sujeta en virtud de su recepción plural, Ochoa marca sus piezas con títulos y elementos textuales que orientan al espectador con decisión y claridad. En la presente exposición es evidente el deseo de transmitir el interés por el viaje, entendido como abanico infinito de posibilidades de observación y, por tanto, de aprendizaje (totes les finestres del món) y también como iter vital o senda de autoconocimiento: el viaje interior.
Lo matérico, antaño más presente en la pintura de Ochoa, se adelgaza para ceder protagonismo a una paleta amplia y a textos en los que las palabras juegan con sus sonidos, y los conceptos a ellas vinculados bailan y permean con suavidad, pero con insistencia, el punto de vista del espectador. El texto sencillo es empleado como puro grafismo, pero también como propuesta de reflexión. Ochoa es autor de series, lo que en esta ocasión se advierte meridianamente. Los cuadros de la muestra conversan unos con otros, y cada uno de ellos por separado pierde contacto con los fundamentos que inspiran el conjunto. Así, lo que en un cuadro es ida en otro es vuelta; al concepto que en un cuadro requiere líneas horizontales en otro se le opone, por el procedimiento de la metátesis o el anagrama, otro que va acompañado de una construcción de orientación vertical. El dinamismo, la resistencia, el deseo, la expectativa, la virtual pluridireccionalidad del viaje aparecen en las líneas de Ochoa como propuestas de anchurosa libertad. Firmamentos de círculos de colores suponen en otras piezas la esquematización de lo imprevisible, el sometimiento a un orden de todo lo que naturalmente es múltiple y caótico: el viaje se presenta como racional apropiación y aprovechamiento de mundos originalmente ajenos. En este juego básico de contrastes y trasposiciones se impone, definitivamente, un radiante optimismo. Última Hora.
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