20 febrero 2017

Deshacer, desdecir, desrecordar

EL PRIVILEGIO DE UNA EXPOSICIÓN DE WILLIAM KENTRIDGE EN LA KEWENIG DE PALMA

William Kentridge. Shadow Procession - Kewenig. Hasta el 1 de abril.

El efervescente, sutil y casi inabarcable trabajo de Wiliam Kentridge (Johannesburgo, 1955), que gira en torno a la historia del colonialismo, el apartheid y otros asuntos sociales y en la necesidad de la memoria (no en vano su formación inicial fue en Ciencias Políticas), se ha desarrollado en los terrenos de la interpretación, dirección y producción multimedia de teatro y ópera, la escenografía, el grabado, el collage y la animación. El sudafricano ha expuesto en lugares como la Whitechapel de Londres, el Dokumenta de Kassel o el MoMA de Nueva York. Su obra se puede admirar en el MCA de Chicago, la Tate Modern de Londres o el MACBA. Es doctor honoris causa por universidades (Johannesburgo, Londres, Yale), miembro de academias (Filadelfia, Cambridge, Bruselas), frecuentemente laureado (Chicago, Kyoto, Tel Aviv) y reconocido con el grado de comendador de las Artes y las Letras por la República Francesa.

Estamos ante una trayectoria sencillamente inapelable. El hecho de que exponga en el Oratorio de San Felio, en las instalaciones de una galería privada, es una enorme fortuna para los palmesanos y un significativo mérito del equipo de Jule Kewenig; pero, sobre todo, deja en la más absoluta evidencia las carencias oceánicas y el marasmo de la gestión cultural de las instituciones públicas y los museos llamados de referencia.

Shadow Procession (1999), una película animada de 7 minutos en 35 mm, estructurada en tres actos y muy relacionada con la actividad de Kentridge en la Handspring Puppet Company, aludió en su momento a la Comisión de la Verdad que por entonces gestionaba la oscura herencia del apartheid. Fue proyectada por primera vez en la Bienal de Estambul en 1999, pero ha pasado por Times Square (Nueva York, 2001), el MoMA, Viena, Amsterdam, Jerusalén… Su aparente sencillez no puede disimular su deuda con el teatro de Alfred Jarry, el lenguaje del mimo o el de los títeres. Las referencias a las migraciones forzadas y al peso de la historia sobre los desfavorecidos siguen hoy, por desgracia, de actualidad.

Pero me quiero detener en los grabados de 2010-2016 que acompañan la célebre proyección, algunos de ellos directamente relacionados con la serie Drawings for Lulu (2012-2015), basada en la ópera de Alban Berg y en el cine mudo coetáneo. Las piezas Undo/ Unsay/ Unremember, The Full Stop Swallows the Sentence y Monitor, de 2012, muestran reproducciones a tinta de modelos antiguos de máquina de escribir, sobre páginas de viejas ediciones de enciclopedias, sobreescritas con breves alusiones preñadas de filosofía, próximas al aforismo, y rematadas en la prensa. La acumulación de vehículos de comunicación y artísticos –a modo de palimpsesto no casual– y las alusiones al punto final y a la desmemoria no pueden sino hacernos reflexionar en lo que a todos, también aquí, nos toca profundamente. El Mundo-El Día de Baleares.

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