09 enero 2017

Una nueva realidad mixta

EL ARTISTA ALEMÁN EXPLORA LA FRONTERA ENTRE LO NATURAL Y LO TECNOLÓGICO

Kanjo Také. Evolution - Gerhardt Braun Gallery, Palma

Kanjo Také (Berlín, 1953) tiene amplia formación en comunicación visual, pintura y fotografía y una larga trayectoria profesional desde 1976 como fotógrafo y director artístico en las mejores agencias internacionales de publicidad. Desde 1988 se reconoce como artista gráfico y, como tal, a partir de 2002 empieza a protagonizar grandes exposiciones individuales por todo el mundo. Su dominio de la fotografía digital le permite trascender sorprendentemente, con aparente sencillez, los límites de lo técnico.

La selección que ha abierto al público en Palma, gracias a la iniciativa de ese magnífico ingeniero de puentes artísticos que es Dieter Ronte, y que mantiene actualmente, ofrece una visión heterogénea pero significativa de su obra. Evolution incluye piezas como EiColor 01, admirable fotocollage de 2008 que indaga en las formas naturales y el movimiento; o Mirror, una obra inserta en la serie Nowhere que, a partir de 2008 y en alusión a una célebre serie de xilografías de Katsushika Hokusai (1760-1849), intenta fundir naturaleza y abstracción a través de los aspectos y enfoques más inesperados de la primera. Esta obra encuentra el eco asombroso del mar y la montaña en el movimiento ondulado virtual de una imagen reflejada; como todas las de la serie, presenta la imagen del Fujiyama como cima intacta del conjunto, como referencia o guardián de la pureza – natural pero también estética– en medio de la confusión obtenida. Také pone de manifiesto las complejas relaciones entre la obra del hombre y su entorno natural, y esto es central en Evolution (2016), obra en siete paneles que explota la contraposición de una naturaleza bulliciosa y multitudinaria hasta el horror vacui con elementos culturales y tecnológicos que, no obstante, se integran en el conjunto como partes de una nueva realidad mixta, en la que los límites entre lo natural y lo artificial desaparecen, como sucedía de manera ejemplar con los afortunadísimos ventiladores de su proyección Ghostnight sobre la carpa del festival de Düsseldorf de 2014.

Las características de la obra y la entidad del artista merecían, creo, una mayor atención al trabajo de comisariado y un mejor montaje por parte del galerista. Dividir en distintos planos una obra panelada pero unitaria no parece la mejor solución. La pobreza en cartelas y una disposición que no facilita la comprensión de la muestra dificultan la visita. Así y todo, Evolution no deja de ser el atisbo de lo que debería ser, en el futuro, la muestra definitiva en Palma de un artista sobresaliente. El Mundo-El Día de Baleares.
Kanjo Také, EiColor 01, 2009, sexta edición, fotocollage sobre aluminio Dibond, 200 cm × 150 cm.

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