
Todas las escuelas europeas aparecen representadas en Nins. Maestros holandeses como Pourbus el Joven o Nicolaes Maes, franceses como Pierre Gobert, los Beaubrun o los Quesnel, e italianos como Titi, Leoni o Amorosi, entre otros, completan un panorama europeo en el que no escasea la representación española: una característica efigie de Carlos II, del taller de Juan Carreño de Miranda, alguna de Luis I por Miguel Jacinto Meléndez y otros retratos de la realeza de Andrés López Polanco o Antonio Carnicero, por ejemplo. Tampoco faltan los frutos de la escuela mallorquina; de Joan Mestre i Bosch (1826-1893) destaca un hermoso óleo, Retrato de una niña con cerezas, ejecutado cuando el artista palmesano contaba sólo diecisiete años.
No se puede cerrar un texto dedicado a los Nins de la Fundación Jakober (que también cobija la obra escultórica de Ben Jakober y Yannick Vu) sin elogiar el trabajo de sus gestores, que ha propiciado varias exposiciones nacionales e internacionales (Palma, Valencia, La Coruña, Sao Paulo, Bonn). La labor de restauración y el montaje de la actual selección en El Aljibe son impecables. El décimo aniversario de la institución, que se festejó hace unos días con brillantez en su sede alcudiense, marca un jalón en una trayectoria que no hay que ser demasiado perspicaz para augurar larga y provechosa. Última Hora.